Impactantes Acantilados de Papel de Punta Morás
La costa del Concello de Xove (Lugo) se caracteriza por la belleza y la inmensidad de su diversidad orogénica y natural, cuyos atractivos sirven de excusa para acercarse hasta la Mariña Lucense y descubrir sus encantos más desconocidos, como es el caso de los impactantes Acantilados de Papel de Punta Morás. Esta formación de granito se localiza en las proximidades del núcleo de San Cibrao y muy próximo a las instalaciones empresariales de Alcoa.
La riqueza natural del entorno de los Acantilados de Papel
Los Acantilados de Papel son unas magníficas formaciones de rocas graníticas y de extraordinaria belleza. Tienen una altura de unos 40 m, esculpidos por la acción del viento y la fuerza del mar a lo largo de los siglos. Su nombre proviene de su apariencia, formando pliegues, dobleces, formas caprichosas y singulares que nos hacen pensar en papeles; estimulan nuestra imaginación e inventiva para reconocer y crear formas basadas en la realidad o la fantasía. Con más de 6.000 años de historia a sus espaldas, este gran conjunto de «bolos» graníticos cuentan con la suficiente importancia natural como para situar estos acantilados a la misma altura turística que la Playa de las Catedrales de Ribadeo o las pasarelas de O Fuciño do Porco de O Vicedo.
El tramo de litoral en el que se integran los Acantilados de Papel cuenta con otros valores de enorme valor natural, desde Punta Morás: los Islotes Farallóns, al este y el Islote de Ansarón y las Salseiras en Punta Arxente, al oeste. El conjunto forman una costa rocosa, recortada, sinuosa y abrupta que está protegida por las figuras de ZEC (Zona de Especial Conservación), ZEPA (Zona de Especial Protección para las aves) y LIC (Lugar de Importancia Comunitaria).
La Isla de Ansarón con sus 10 hect de extensión es una de las mayores islas de la costa lucense, alcanza unos 80 m de altitud, con acantilados muy ricos, productores de percebe y pulpo de la piedra.
Y en las proximidades de Punta Morás
Junto a los Acantilados de Papel y el puerto repleto de pequeñas embarcaciones destinadas a la pesca de bajura, permanecen los restos de la antigua factoría ballenera de Morás. Funcionó de 1965 a 1977, dirigida por Massó Hermanos S.A. Ocupaba algo más de 10.000 m2, con una capacidad de almacenamiento de 2.000 Ton de aceite en bidones y una cámara frigorífica destinada a la carne. A su cierre, a finales de los años 70, trabajaban unas 60 personas. En la actualidad las instalaciones fueron derribadas y sólo queda visible la rampa para izar a los ejemplares de rorcuales (azul, común y norteño) a las naves de tratamiento. En esta zona estaba también la fábrica de dolos, las famosas piezas gigantescas de hormigón, amontonadas en las cercanías. Sirvieron para construir el puerto de San Cibrao, colocándose entrelazadas como un rompecabezas